Al final de la escapada
A galinha que burlou o sistema es la historia de una fuga: la fuga de una gallina de la granja donde vive. Quico Meirelles ―hijo del director Fernando Meirelles, (Ciudad de Dios, 2002)― parte del libro Eating Animals (2009), de Jonathan Safran Foer, donde se realizaba una crítica a las prácticas ganaderas de los Estados Unidos, para crear una fábula cruel, pero también divertida, con Saõ Paulo como telón de fondo.
La película se abre con un cielo claro y azul, con un campo verde y el perfil difuminado de una gallina. Con un corte seco se salta a unas panorámicas aéreas de la ciudad de São Paulo, masificada, congestionada, gris, para desembocar finalmente en unas granjas industriales avícolas. «Este es mi mundo, el sistema donde vivo», y el primer plano de la cabeza de una gallina pone rostro a la voz en off protagonista. En poco menos de un minuto, Meirelles crea, a partir del montaje, un prólogo que tiene como idea central la contraposición entre lo idílico y lo atroz. «¿Puedo cambiar mi destino?», se pregunta la gallina desde el presente. Y arranca así su relato autobiográfico en flash-back.
Meirelles juega hábilmente con la idea de oposición, que permea todo el film, para lograr la empatía con la gallina, que sueña con volar y escapar de la granja para alcanzar una vida mejor. El director combina crueldad con bondad, tristeza con humor, sueño con realidad, y ficción con documental, creando imágenes tan duras como la de los polluelos enfermos, moribundos, llenos de barro, o tan divertidas como la de la gallina subida al bebedero, intentado amotinar a sus compañeras. Como resultado de este juego nace la denuncia al sistema mecánico y comercial de la industria avícola. Al final se regresa al presente, con la gallina, que tras haber podido burlar al sistema tiene que tomar una decisión que cambiará para siempre su destino.
Crítica escrita para Marvin&Wayne. Publicada en Filmin.